Hay momentos, en la vida que ,no entendemos, momentos que todo se pone negro y no vemos ninguna luz.
Nos vemos: solos, abamdonados, perdidos, sin fortuna, no entendidos, etc. Es como si una tormenta nos callera encima y no tengamos resguardo alguno.
Todo aquel que se acerca, para brindar ayuda sin pedirla, estorba.
Hay momentos en los que incluso maldecimos a lo divino y a nuestra propia vida.
Estamos de duelo no entendemos esas nubes han cubierto todo nuestro cielo.
La vida continua y en ese momento alguien al que tu ni esperabas ni imaginabas te ayudo, te dio un poquito de luz para que vieses realmente y en donde estaban las soluciones.
Toda tu vida cambio tomo otro rumbo y hoy te dices, Dios ahora veo que fue por mi bien, que las cosas tuvieron que acontecerse de esa manera, hay infinitas soluciones y fue esta la que llego a mi vida. Y entiendes que: te apegas, tienes miedos, sobre todo a la soledad, ser abandonada, engañada, robada, etc. Pero sabes, hay un montón de señales que te dicen hasta aquí, no continúes con esta actitud, persona, amistades, trabajos, etc Porque de alguna manera nos hace ser infelices, no nos da nada de provecho, pero continuamos pensando todo cambiara, esto mejorara, Dios nos intentamos auto convencer de algo que no nos aporta nada.
Y nuestras propias consecuencias de actos y decisiones nos llevan a todo esto.
Pero salimos Dios, gracias y miramos con entusiasmo, adelante y seguimos afianzando nuestro presente.
Esto nos hace fuertes y nos enseña hacer lo que sentimos, en todo momento estamos con y por nosotros.
Como dicen muchos Dios escribe en reglones torcidos.
Pero todo lo que acontece entre el universo y nosotros es para nuestra bendición.
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