martes, 27 de septiembre de 2011

LA PACIENTE CABREADA .


Hola de nuevo, hoy te quiero contar una anécdota graciosa, lo que un día me paso con una paciente.
Me llama una paciente vamos a ponerle un nombre, Rosita, me llama toda angustiada y dice:
Toñi necesito que hables con mi marido, bueno, le digo yo, en qué la puedo ayudar.
Toñi mi marido se tiene que retirar ya del trabajo, lleva muchos años en la empresa y ahora le toca a mis hijos. ¡Ay Madre de Dios! me digo yo, jajaja, si es como mi padre, a ver quién le pone el cascabel al gato jaja.
Bueno ella me da sus razones y la escucho, llega el día de la consulta y veo a Pedro, llamémoslo así. Entra muy derecho y muy alegre, me saluda y digo pobrecito como cordero al matadero y no se ha enterado de nada, ella se va y el queda conmigo, empezamos hablar y me cuenta que tiene una empresa de piensos y comida para animales y esto lo heredó de sus padres, no era lo que el hubiese elegido pero no tenia de otra.
 Le pregunto, Pedro, ¿qué te hubiese gustado?
Hombre, tener una pequeña finquita; tener mis animalitos y un terreno donde cultivar mis frutas y verduras.
¿Y por qué no lo has hecho?
Porque tenía la obligación de sacar a mi familia y la herencia de mis padres adelante.
Ok, le digo: tus hijos ya están grandes tienen su familia, tú ya tienes para vivir el resto de tu vida y la de tu mujer. ¿Te has pensado hacerlo ahora?
No, ¡yo ya donde voy con mis años!
Pedro, le digo: que solo tienes 65 años, aun te queda vida y es el momento de dejar ya el trabajo duro para los que llegan detrás y tu hacer lo que deseas y sientes.
El hombre estaba alucinado y diciendo ¿aún puedo?
  Pedro era un hombre sano, los achaques de la edad pero en lo normal, se le veía muy bien, alguna subida tensión ,más bien descompensada, dolores de huesos por cambios te tiempo, en fin lo normal de la edad.
  El hombre salió de la consulta con otra cara, yo en ningún momento le hable del retiro del trabajo, de que tenía edad, nada de ello era lo que él deseaba escuchar, al contrario di pautas para continuar y sobre todo lo que el deseara.
  A los quince días me llama Rosa, cabreada jajaja,
Toñi ¿qué fue lo que le dijiste a mi marido?
¿Por qué?, le pregunté  
Sabes lo que ha hecho, salió de tu consulta, cogió el coche y no paro hasta ver fincas pequeñas en venta.
Jajaj,a Dios, "no se la pensó" jajaja, yo lo único que le dije fue, que él estaba ya mayor y que tenía que descansar jaja y que ahora le tocaba pasear a su señora y si otorgaba algún nieto jajaja, buena comida y mucha camita jaja, que ya había trabajado bastante en la vida.
  Por lo que vi en ese momento, él no dijo nada y yo tampoco.
  Hoy Pedro tiene setenta años, tiene una finca hermosa y muy productiva, en un pueblito llamado Santa Lucia, es muy feliz y no tiene problemas de salud, al contrario ha mejorado su calidad de vida de un 40 a un 80% más de la que tenía.
Hoy Rosa sabe toda la verdad y me dice: Toñi gracias, por no hacer lo que te pedí, porque gracias a Dios aún Pedro está aquí.
  Esta es una historia verdadera y como esta hay muchísimas, que cuando estas personas llegan a esta edad, se les cae el alma al suelo, porque se ven que ya no son útiles en una familia y sociedad desgraciadamente, sorda, muda y ciega, en donde ya no hay un huecooo por no ser productivos, que pena, ¿no?
  Estas personas mueren, no de las enfermedades que se le aceleras como un caballo desbocado, no, mueren por no ser reconocidos y olvidados, pero sabes lo mejor de todo y si lo llamo mejor, porque todos llegamos a ese momento.
  Lo mismo que harás, te harán.
Aprendamos ser agradecidos, con todo lo que por nosotros has hecho nuestros mayores y démosle todo el amor que ellos un día nos dieron sin condición, gracias, Dios nos bendiga a todos y nos vaya muy bien.


No hay comentarios:

Publicar un comentario